Pregunta:
En casa tenemos a una perra que acogimos
antes de conocer la ley religiosa relativa a poseer un perro para el que
no tiene necesidad. La hemos echado de casa al haber sabido el
veredicto de la ley religiosa, pero ella no se ha ido porque se ha
acostumbrado a estar en casa y no quiero matarla, ¿cuál es la solución?
Respuesta:
Está prohibido poseer un perro salvo en los casos que están claramente citados en la Shari’ah.
De ello no hay ninguna duda:
“Aquel que posee un perro, a menos
que sea reservado para la caza o como guardián de un rebaño o de
terrenos, ve su recompensa disminuir cada día por la cantidad de un
Qirat”. (1)
Si él pierde un Qirat, quiere decir que
comete un pecado, ya que perder una recompensa equivale a obtener un
pecado, las dos indican la prohibición, es decir, la causa del mal
obtenido.
En esta ocasión, doy un consejo a toda
esa gente que se dejó influenciar por los no-musulmanes que tienen
perros en sus hogares, aún siendo impuros y teniendo una impureza mayor
que otros animales.
En efecto, la impureza del perro no desaparece excepto después de siete lavados y uno frotando con tierra.
Incluso el cerdo de cuyo Allah mencionó su prohibición e impureza en el Corán, no llega a ese grado.
El perro es impuro e insalubre, pero
lamentablemente vemos a algunos musulmanes que se dejaron embaucar por
los no-musulmanes que están familiarizados con las impurezas y que
tienen perros sin necesidad y sin razón.
Ellos les cuidan, les amaestran y les
limpian mientras que nunca serán puros, como mucho se les lavaría con
agua del mar porque su impureza está en ellos mismos.
Además, sus dueños derrochan enormes
cantidades de dinero con ellos y el Profeta –la paz y las bendiciones de
Allah sean con él- prohibió el derroche. (2)
Aconsejo a estas personas embaucadas que regresen hacia Allah y que dejen a los perros fuera de sus hogares.
Quienes los necesiten para la caza, la
agricultura o como guardianes para el rebaño, en cuanto a ellos, no hay
nada de malo porque el Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean
con él- lo permitió en estos casos precisos.
Falta responder al hermano, y le decimos:
si dejas fuera de tu hogar a la perra y luego ella regresa, no serás
responsable de ello, pero no la dejes entrar y no la acojas, puede ser
que siendo firme delante de la puerta termine por irse y se vaya de la
región alimentándose de lo que Allah le provea, tal como hacen los demás
perros.
Shaikh Al ‘Uthaymin
- Al-Bukhari, en términos similares, capítulo de los sacrificios y de la caza, nº 5480 y nº 5482 y Muslim, capítulo del arrendamiento de los terrenos, nº 1574.
- Al-Bukhari, capítulo del Zakat nº 1477 y Muslim, capítulos de las sentencias, nº 593
Artículo extraído de: 3ilm char3i
Traducido por Ummu Khattab Al Andalusiyyah para: atharusalaf.com
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